Cáseda y sus ermitas

Si nos alzamos a mirar desde lo alto de Kaparreta en Gallipienzo, podemos ver también de monte a monte, otros pueblos que como este se ubicaron de forma defensiva en las alturas. Uno de ellos es Ujué/ Uxue, con su tradición gastronómica de migas de pastor y almendras garrapiñadas, y el otro, Cáseda.

Cáseda nos recibe a nuestra llegada con su puente medieval de 200 metros, el segundo más largo de Navarra, atravesando el río Aragón. En los calurosos días de primavera y verano los visitantes podemos disfrutar de los espacios habilitados para comer y bañarse, actividad para descansar antes de emprender camino hacia ermitas y otros puntos de interés.

Una segunda parada obligatoria es la visita a la Ermita de San Zoilo (gótica, s. XIV), punto importante como lugar de peregrinación por su cercanía a Sangüesa como parada en el Camino de Santiago, y porque se encuentra equidistante al Monasterio de la Oliva (Carcastillo) y al Monasterio de San Salvador (Leyre/ Leire).

Una vez al año recibe la peregrinación desde el pueblo, donde sus habitantes y los visitantes comparten espacios en los merenderos y fogones, y el Ayuntamiento provee de pan, chocolate de San Zoilo, refrescos y, cómo no, vino.

Otra de sus ermitas es la del monte Calvario, que es la puerta de entrada a un recorrido mayor para llegar a la Cruz de San Pedro, punto desde donde se pueden ver todos los pueblos, montes y valles de alrededor y es muy recomendable, ya sea a pie o en bici.

Una jornada diferente en el pueblo vecino a Gallipienzo Antiguo.